lunes, 18 de febrero de 2013

Factible, organizar comités de autodefensa del patrimonio cultural

No depender del paternalismo del gobierno, fundamental para el impulso artesanal


Venta de artesanías en Uruapan. Foto: Iván Sánchez
Venta de artesanías en Uruapan. Foto: Iván Sánchez
Érick Alba


Sin recurrir a bases teóricas, sino al simple sentido común, los productores artesanales de cada vez más municipios michoacanos coinciden en una exigencia hacia su gobierno: la creación de nuevos y mayores canales de distribución y venta para sus productos que les arrojen mayores ganancias y que, al mismo tiempo, mantengan la esencia cultural de sus piezas; sin embargo, es evidente que la reacción gubernamental tiene dos fallas notables, pues en primer término se carece hasta de los indicadores más básicos para crear una política efectiva para el sector, como un censo real sobre los artesanos en el estado; y se confunde frecuentemente el término “apoyo” con el de “dádiva”, ya que aún es común que el gobierno del estado asuma el rol de principal comprador de artesanía en lugar de consolidarse como el principal gestor de ventas al exterior.
Aunque la carencia de un sistema de promoción artesanal redituable no es un asunto nuevo en el estado de Michoacán, como tampoco lo es en materia de difusión cultural o en el de la seguridad pública, el tema se puso nuevamente sobre la mesa el fin de semana anterior con el surgimiento de tres declaraciones públicas, la primera el 13 de febrero, cuando el presidente de la Marca Colectiva de la Guitarra Artesanos Industriales de la Guitarra e Instrumentos de Cuerda AC en Paracho, Moisés Solís Zalapa, anunció la revitalización de la estrategia que tienen los constructores en ese municipio para competir comercialmente contra las guitarras chinas en México; mientras que los otros dos anuncios surgieron el día 15, fecha en que el Sistema Integral de Financiamiento para el Desarrollo de Michoacán (Sí Financia) entregó un total de 15 millones de pesos como crédito a 206 productores, entre ellos artesanos, para continuar con sus actividades, antes de que la comunidad indígena de Patamban anunciara la realización de una jornada cultural en su cabecera municipal, ubicada en Tangancícuaro, con el propósito de fortalecer sus ventas artesanales y gastronómicas, y al mismo tiempo exponer su música y danza como marco cultural para los productos a exponer.
Aunque pareciera que los tres hechos noticiosos son inconexos uno con otro, en realidad están unidos por una acción y una reacción similar, pues en el caso de Paracho y Patamban se mantiene la intención de ofrecer comercialmente su propio bagaje sin demeritarlo, mientras que el gobierno del estado ofrece dinero para que la población siga produciendo según sus propias costumbres y posibilidades, pero no alternativas para que comercialice los resultados de esa inversión hecha por particulares con dinero público.

Tres coincidencias
Es también fácil encontrar al menos tres coincidencias entre la exigencia planteada por los artesanos indígenas al gobierno del estado de Michoacán y las que enarbolan los movimientos sociales de comunidades que instalaron barricadas y policías comunitarias para la autoprotección: vivir con dignidad, pues mientras los productores artesanales piden que sean sus propias manifestaciones las que se comercialicen sin que eso las prostituya, las guardias comunitarias de Urapicho, Cherán, Paramuén y Turícuaro piden, a través de rondines nocturnos, que las bandas criminales presuntamente encubiertas por autoridades gubernamentales dejen de saquearles sus recursos naturales.
La segunda coincidencia está en la supervivencia, ya que para los artesanos está en juego su sustento económico, la posibilidad de satisfacer las necesidades físicas más básicas y de desarrollo a futuro, al tiempo en que las guardias comunitarias buscan también una supervivencia física y cultural, pues los ataques a los bosques y a sus veneros de agua ponen en peligro su rutina diaria, sus fuentes de producción y su manutención física.
Asimismo, la tercera coincidencia se basa en la identidad, pues radica en el derecho a vivir bajo usos y costumbres ancestrales, tanto en lo económico como en la convivencia colectiva, que no sólo han demostrado ser completamente lícitas, sino incluso más efectivas que los sistemas adoptados en las sociedades urbanas, en las que se asienta el mismo gobierno al que observan como inoperante en cuanto a la satisfacción de las demandas de las comunidades autóctonas.
Bajo la perspectiva que ofrecen las tres coincidencias entre las guardias comunitarias indígenas de Michoacán y el sector artesanal del estado, La Jornada Michoacán consultó a Alejandro Sigler Miranda, antropólogo con varias décadas de trabajo de campo en el sector indígena de esta entidad y actualmente al servicio de la delegación michoacana de la Dirección de Culturas Populares, dependiente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), quien analizó la postura de los artesanos hacia su gobierno, asumiendo que los productores tienen la intuición de que sus productos son algo único, que merece ser valorado y que debe existir una ganancia económica acorde a ello:
“Cada comunidad, como requisito fundamental de productor, debe saber que su producto es el resultado de una historia cultural, natural, porque en ese producto está plasmado el cómo utilizó un recurso para hacerlo y allí está el aspecto cultural. Se hacen canastas en la India, pero no son las que hacen aquí en Pátzcuaro, son dos productos culturales diferentes; a partir de esta idea podemos pensar que cada pueblo genera sus productos de acuerdo con sus elementos naturales, pero también históricos, y así se genera una identidad, que es un proceso histórico, natural y social”.
Sin embargo, Sigler reconoció que aún para los artesanos indígenas “a veces es necesario redescubrir eso para que entonces vuelva a tomar fuerza su identidad, y de esta manera llegar a la conclusión de que su patrimonio cultural no es de nadie más que de quien lo produce, independientemente de si se vende o no: se hace cultura no para venderla, sino para ser feliz. Ése es un segundo problema que fomentan los gobiernos, empresas comerciales, intermediarios, instituciones públicas de venta de productos, porque su interés es vender.
“El aspecto del uso de materiales naturales, de su origen, es importante, pero para el que vende es importante sólo como cualidad comercial, no humana. Cuando se toma conciencia entre los productores sobre eso, se puede plantear esa conciencia en el lanzamiento del producto con todo un bagaje cultural”, explicó.

Mutua cooperación
En el proceso que implica elaborar un producto con características estéticas e identitarias, y que desemboca en su venta a un comprador capaz de comprender y pagar el valor de esas características, el sistema michoacano actual plantea la suma de dos actitudes: la del productor, quien elabora su obra con materiales, dimensiones y simbolismos propios de su cultura y establece sobre él un valor monetario que permita su comercialización, y la del gobierno, quien acepta la obligación de gestionar los materiales y la preservación de los simbolismos culturales que cargará el producto, así como las vías para que su comercialización se concrete, como parte de los servicios que ofrece a la población y que son la parte medular de sus funciones.
Sin embargo, es notorio que las dos actitudes se vician en ese mismo proceso, pues mientras el productor artesanal michoacano mantiene hasta hoy su fidelidad a los materiales, a las formas y a los simbolismos que requiere su artesanía, el valor comercial que le impone se desvirtúa a la baja obligado por la competencia desleal con los productos chinos y que también tolera el gobierno, junto a una marcada ignorancia del público comprador quien se niega a pagar el precio real y que, por efecto del regateo, logra disminuirlo considerablemente hasta que ya no es redituable para el productor, quien a su vez opta por exigir al gobierno una suerte de “rescate” económico a través de la compra masiva de las piezas, hasta que eso se convierte en una costumbre y después en una política de estado.

http://www.lajornadamichoacan.com.mx/2013/02/18/factible-organizar-comites-de-autodefensa-del-patrimonio-cultural/?fb_action_ids=4906431332274&fb_action_types=og.recommends&fb_source=other_multiline&action_object_map=%7B%224906431332274%22%3A485377538176314%7D&action_type_map=%7B%224906431332274%22%3A%22og.recommends%22%7D&action_ref_map=[]

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