miércoles, 3 de marzo de 2010
El Coyote
“…ya no será el hacendado dueño de tierras y vidas, ni la fábrica el separo fuente de negras fatigas; ni las conciencias dormidas seguirán en su letargo, ni el hilo se ha de trozar nomás por lo más delgado…" (palabras de El Coyote)
De la revolución mexicana surgieron infinidad de leyendas de personajes memorables, emanadas desde las entrañas del pueblo, de las cuales tenemos conocimiento por las narraciones de nuestros mayores, trasmitidas de generación en generación llegándose a convertir en corridos.
Al hablar de la revolución mexicana, quién no relaciona un relato de la misma con algún corrido popular, de esos que se difundieron entre la gente y llegaron a trascender tanto a nivel nacional e inclusive internacional.
El Coyote. Corrido de la revolución, de la autoría de Celedonio Serrano Martínez (Ediciones municipales del Ayunamiento de Acapulco, Guerrero, 1980, 333 pp.), es un libro que plasma la historia de uno de esos caudillos que lucharon por hacer cumplir los principios revolucionarios, entre los que encontramos “Tierra y Libertad”.
Hablaré de la obra y del personaje principal evocando diferentes aspectos sobresalientes.
Por cuanto al personaje central, el “Coyote”, diremos que se trata de un hombre con las características usuales de quienes participaron en la lucha armada: humilde, del pueblo, sin preparación académica pero con entusiasmo por cambiar las circunstancias en las que se encontraban los campesinos del país.
De igual forma, se relatan aspectos interesantes de la vida personal y familiar del general Coyote, como el día en que se despide de sus padres para alistarse en las filas de la revolución o cuando contrajo nupcias.
Sin lugar a dudas, este libro escrito en rima, mismo que ha sido merecedor de reconocimientos, es una excelente novela de gran valor cultural y social, en donde encontramos referencia a personajes históricos de la revolución de nuestro país, tales como Emiliano Zapata, la “Güera” Amelia, el propio Porfirio Díaz, entre otros. De igual forma nos remonta a lugares de la Tierra Caliente del Estado de Guerrero y nos ilustra claramente sobre los acontecimientos de la época, así como las palabras, frases y dichos empleados por la gente de aquella región, algunos de los cuales son utilizados hasta nuestros días.
De su autor, sabemos que fue destacado poeta de la región calentana y catedrático de literatura, nacido en un poblado del municipio de Tlalchapa, Guerrero, el 3 de marzo de 1913; entre sus obras, además de la que se reseña, encontramos “Romancero del Balsas” y “Coplas populares de Guerrero”.
Este libro, en general atrajo totalmente mi atención, no obstante, destaca en particular el episodio de la muerte de Emiliano Zapata, del cual trascribo lo siguiente: “…La traición que siempre hiere a los hombres por la espalda, y es escudo del cobarde, donde su impotencia guarda, ha consumado su crimen en Emiliano Zapata […] Hemos perdido al gran Jefe que nos guiaba nuestros pasos esta vez la muerte infame nos ha cortado los brazos; ¡quiera Dios y no acabemos matándonos entre hermanos! Yo juro por tu memoria dar hasta el último aliento, seguiré firme el camino que has trazado con tu ejemplo; quiero compartir contigo la gloria que otorga el tiempo…" (El General Coyote participa a su gente la muerte de Zapata)
Concluyen los versos de Serrano Martínez con el suceso de la muerte del Coyote, narrando por último: “…Su entierro fue solitario, como sucede en la guerra; después de cantarle Urquiza, lo enterró junto a una piedra; el pueblo guarda su nombre, y su cadáver, la sierra”.
El general Coyote fue un personaje real, un héroe de carne y hueso, como acertadamente explica el autor del libro, quien en realidad se llamó Nabor Mendoza, hombre, a fin de cuentas, con debilidades y grandezas pero que al luchar por los ideales de la revolución mexicana forma parte ya de la historia de nuestro país.
Me enorgullece saber que el héroe de esta novela, fue guerrerense, pero aún más que su historia se entrelaza con la de mis antepasados y que mi tía bisabuela Angelita Olea haya ocupado una parte importante en su vida; cabe mencionar la razón por la cual una señorita de la clase privilegiada se relacionara con un revolucionario: teniendo como principio que para asegurar su fortuna la familia envió a su primogénito a pelear junto al Coyote y así éste respetara sus propiedades.
Caprichosamente las circunstancias se dieron para que un día el Coyote quedara prendado al ver la belleza de Angelita y tomó como interlocutor al que sería su cuñado, el lugarteniente Enrique Olea, obteniendo éste la aprobación de su madre para que su hermana se uniera en matrimonio al Coyote (que dicho sea de paso, un acontecimiento tan famoso no se ha vuelto a repetir en la región calentana de Guerrero, por su extravagancia y participación social de pobres y ricos).
Publicado por Fundación Académica Guerrerense
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