sábado, 21 de agosto de 2010
Museo de las Culturas Afromestizas “Vicente Guerrero Saldaña” de Cuajinicuilapa está abandonado.
*Aunque en su toma de posesión el priísta José Guadalupe Salvador Cruz Castro aseguró que trabajaría por construir una biblioteca, esas palabras siguen escritas durmiendo el sueño de los justos, tal vez sin que alguien las recuerde
EDUARDO AÑORVE
CUAJINICUILAPA, GRO.
El Museo de las Culturas Afromestizas “Vicente Guerrero Saldaña” de Cuajinicuilapa está abandonado.
Las paredes del conjunto cultural que lo alberga han sido pintarrajeadas por jóvenes de las bandas de cholos locales, la biblioteca es un pequeño espacio donde lo que menos importa son los lectores y los libros son simulacro de libros, y el propio museo acusa daños posiblemente irreparables, además que la atención al público se ha visto reducida desde que el Ayuntamiento entró en su rescate.
Fundado en 1999, y sobreviviente a varios cambios de gobierno municipal, el llamado ostentosamente Museo de las Culturas Afromestizas de Cuajinicuilapa se encuentra abandonado y sin ser una opción de entretenimiento para la población.
En cierto sentido, se puede afirmar que el Museo de las Culturas Afromestizas está agonizando.
Desde su fundación, este museo emblemático para la historia y la cultura de los afrodescendientes de la Costa Chica, de Guerrero, de Oaxaca, del país y de América entera, se planteó como un lugar importante para entender esa tradición, además de hacer conciencia sobre este legado.
Y durante un tiempo, el Museo de las Culturas Afromestizas cumplió con esos objetivos, sobre todo porque se hallaba subsidiado por el perredista gobierno municipal que encabezó Andrés Manzano Añorve.
Después de ese periodo presidencial, el Museo entró en crisis por su sobrevivencia, amenazado por Constantino García Cisneros, quien era presidente municipal por el PRI y pretendía borrar cualquier huella de otro gobierno que no fuese el suyo.
Superada esa crisis por no desaparecer, la asociación civil que administra el Museo no pudo obtener recursos suficientes para subsanar sus problemas centrales: con Vicente Cortés Rodríguez, que gobernó de 2005 a 2008, los apoyos del Ayuntamiento burocratizaron sus servicios.
En esa administración se prescindió de los servicios de los trabajadores que el Museo tenía, aceptando que los nuevos trabajadores fueran designados por el presidente municipal; en los hechos, este personal cambió el horario y los días de atención, pasando de ser un museo universal para convertirse en uno local:
A partir de entonces, el Museo sólo se abrió y atendió de lunes a viernes, de 9 de la mañana a las 2 de la tarde y de las 4 de la tarde hasta las seis de la tarde; es decir, en un horario burocrático.
En la mayoría de los museos del mundo el horario de atención incluye sábados y domingos, preferentemente, con descanso en los lunes.
Además, con Cortés Rodríguez se invirtió dinero para rehabilitar el edificio del Museo (pintura e impermeabilización del techo) y para producir un video de promoción, sin tomar en cuenta las carencias verdaderas, relacionadas con la museografía, que ahora se encuentra severamente deteriorada.
El piso, por ejemplo, también está en mal estado porque muchas baldosas están rotas debido al hundimiento del piso.
Los dioramas están quebrados, varios de los modelos en exhibición están fracturados [para una visita de Zeferino Torreblanca, a una exposición de productos agropecuarios de la región, un barco fue llevado al sitio y resultó dañado irreparablemente], algunos de ellos están hundidos y deteriorados, etc.
En realidad, el Museo de las Culturas Afromestizas de Cuajinicuilapa nunca ha recibo mantenimiento. Y muchos visitantes que llegan los fines de semana para visitarlo tienen que irse sin hacerlo porque lo encuentran cerrado, excepto que conozcan la mecánica de sus organizadores: hay que ir a buscarlos para que puedan ver si atienden o no.
Y aunque la encargada del Museo tiene disposición para atender grupos cualquier día de la semana, durante los sábados y domingos suele observarse a grupos que pretenden visitarlo deambulando por las calles de esta cabecera municipal sin conseguirlo, no pueden hacerlo por estar cerrado.
Hace unos meses fueron quemados dos edificios redondos de ese centro cultural; ahora han sido remozados, a alto costo porque la palapa que los techa, y el techarlos, requiere trabajo especializado.
En realidad, ese gasto no tiene sentido porque los tres redondos hace ya tiempo que no tienen uso social o cultural, y sólo se utilizan para actos de enamoramiento o sexuales entre jóvenes, a los cuales los miembros de esa asociación suelen ahuyentar por considerarlos inmorales.
Por otro lado, la biblioteca, que está considerada como la biblioteca municipal, es un nido de ratas: ha sido saqueada, no hay libros ni espacio suficiente para lo que, en teoría, debiera necesitar un municipio de la importancia de Cuajinicuilapa, la que algunos quieren hacer pasar como el centro de la cultura negra o afromestiza o afromexicana.
Aunque en su toma de posesión el priísta José Guadalupe Salvador Cruz Castro aseguró que trabajaría por construir una biblioteca, esas palabras siguen escritas durmiendo el sueño de los justos, tal vez sin que alguien las recuerde. Y como muestra de que esa zona no interesa a nadie, ni la respetan, los cholos la han marcado con sus elementales consignas: Cuaji 13, La Gloria, La Gloria 13.
Al final, esos jóvenes se apoderado de ese espacio, lo asumen como suyo, en contra de lo que piensan y quieren los adultos, como los que supuestamente custodian ese lugar
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