Toledo, Villoro, Kalach, Franco y Friedeberg, entre los firmantes
Martes 26 de junio de 2012 Yanet Aguilar Sosa | El Universal
Incluir a la cultura y las artes dentro del Plan Nacional de Desarrollo, asumir que la cultura es también un sector productivo, poner fin a la discrecionalidad en la distribución de los fondos públicos, crear otro consenso social alrededor de lo que significa la ingeniería de la institucionalidad de la cultura y contar con una definición del perfil de quien dirija la institución destinada a la cultura en México, son parte de los Diez compromisos indispensables en la política cultural 2012-2018 que debe atender el próximo presidente.
Esa propuesta de 10 puntos que ha sido firmada por cerca de 500 promotores culturales, escritores, investigadores, editores y artistas, entre los que se encuentran Francisco Toledo, Juan Villoro, Horacio Franco, Fernando González Gortázar, Mario Lavista, Pedro Friedeberg, Gael García Bernal y Alberto Kalach, fue dada a conocer ayer luego de varios meses de reflexión, discusión y análisis, pero también de consensar con creadores de todo el país.
Esta iniciativa ciudadana que busca impulsar un cambio en el rumbo de la política cultural y cumplir con la Declaración que hizo México en 1982, cuya premisa central señalaba que la cultura es eje central del desarrollo de una nación y factor para la creación de una ciudadanía democrática, diversa e incluyente, fue entregada a los cuatro candidatos a la presidencia de la República, el pasado sábado.
En conferencia de prensa, la antropóloga Lucina Jiménez, quien junto con varios creadores ha impulsado esta discusión, aseguró que es urgente crear otro consenso social alrededor de lo que significa la ingeniería de la institucionalidad de la cultura en México.
“Hemos estado debatiendo si una ley de cultura, si una secretaría, si un órgano, nos hemos dispersado en la discusión acerca del continente, lo que queremos es avanzar en los lineamientos del contenido y una vez teniendo este consenso alrededor de estos puntos entonces sí entrar a hablar de cuál es el formato que el Estado mexicano, a través de su gobierno, tiene que dar para ejercer esas funciones y prioridades de política pública de Estado”, señaló Jiménez.
La propuesta que también pone énfasis en respetar las culturas y la diversidad lingüística de los pueblos autóctonos y originarios, en proponer los cambios legislativos y tomar las medidas necesarias para incluir la educación artística, digital y audiovisual en el sistema educativo nacional; además de en fortalecer y ampliar políticas de fomento a las diversas ramas y actividades del sector, es el arranque de un movimiento a favor del establecimiento de las políticas públicas con participación ciudadana.
Ricardo Fuentes dijo que con base en varios diagnósticos que ya se han realizado lograron conjuntar estos 10 puntos, pero además están en posibilidades de hacerle llegar a los legisladores los elementos para que conozcan las necesidades de la comunidad cultural y artística.
“Debemos contemplar cuál es el diagnóstico real para construir los indicadores que nos digan qué queremos, hacia dónde vamos y cuáles son los objetivos y metas que debemos cumplir como mexicanos; debemos interactuar con la administración pública en el sentido de que se escuchen las demandas, que es lo que necesita la población y no es lo que el funcionario cree que necesita la población”, afirmó.
Por su parte, la editora Déborah Holtz destacó que ellos van a estar vigilantes de todo lo que se realice y para lo cual van a crear el Observatorio de política cultural ciudadana. “Es el momento de entender que la cultura es el centro de muchas cosas”.
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