miércoles, 9 de junio de 2010
Marcos Montoro graba su primer disco de cantos chamánicos
Por FRANCELIA JÁUREGUI
*El máster se hizo en los estudios de Radio Ñomndaá, en Xochistlahuaca
Con el título de “El Canto de Nuestros Ancestros”, Marcos Montoro Vázquez grabó su primer disco de cantos chamánicos con la ayuda de su esposa, Rosa María Aldana Mendoza, y bajo el auspicio de la Casa de la Cultura Independiente Amaxochitl, de San Luis Acatlán.
El máster se hizo en los estudios de Radio Ñomndaá “La Palabra del Agua”, en Xochistlahuaca, en lo que es un trabajo sin precedentes en nuestra región.
Entrevistados en su casa, en la cabecera de San Luis Acatlán, Marcos refiere que está convencido de que el canto y las artes en general, nacieron para proteger al hombre contra el olvido del ser. Especial interés tiene por la juventud, “porque los jóvenes, en su aprender, enseñan”.
De acuerdo con su experiencia como chamán difusor de las tradiciones de los pueblos originales, concluye que Dios existe, que es puro amor y alegría, y que lo que nos separa de él es el temor, el miedo. “Todos tenemos temor, es algo muy difícil de dominar, pero todos debemos fortalecer el valor, pensando en que Dios nos ama, y nunca nos va a dejar jamás”.
_¿Don Marcos, qué son los cantos chamánicos?
_Son meditaciones propias, son sonidos rústicos, antiguos, son reflexiones, son oraciones si así se les quiere llamar. Yo practico la verdad como virtud dada por Dios, y estos cantos nacieron de la verdad. Llegaron a mí a través de visiones, de pensamientos, me acompañan a donde voy, los interpreto para mí mismo siempre.
_¿Qué puede esperar quien los escuche?
_Nada y todo. Depende de la conciencia de cada quien, de su grado de madurez espiritual. Son un apoyo para ver la vida. La vida está en todos lados y en todo. Veo la vida en el águila, en el cielo, los caminos tienen mensaje, las estrellas, la luna, la gente, en todo se ve la sabiduría ancestral, la semilla de las cosas.
“El Canto de Nuestros Ancestros” incluye 12 piezas con la voz de Marcos Montoro y acompañamientos de Rosa María Aldana. Diversos instrumentos se despliegan mientras que los cantos profundos, guturales algunos, claros y resonantes otros, nos acercan al todo.
Entre los cantos figura “Chamán”, el cual es más que un curandero, es un hombre completo, íntegro, amante de la verdad, y sumamente humano. Llama la atención “Movieris”. La pieza recuerda un ritual de los chamanes huicholes, en el que se usa una vara con plumas de gavilán, para atrapar las enfermedades con versos y oraciones. Movieris, dice don Marcos Montoro, “invita a eso, al movimiento para cazar las oportunidades de la vida, porque en este universo todo vibra, todo se mueve, nada está estático. Dios es movimiento. Las rocas vibran”.
“Arrullo” nos lleva a nosotros mismos. A nuestros cuerpos olvidados y abusados con trabajo extenuante, con comida tóxica, con bebidas no afines a nuestra vibración. “Arrullo es un mensaje de amor para nuestros cuerpos, y también un mensaje para los adultos, a fin de que no pierdan la alegría que conmueve a los infantes, quienes jugando aprenden. Ellos perdonan fácilmente, no saben guardar rencor, regalan lo que tienen y lo que son sin fijarse. Todos debemos volver a ser niños”.
Poco a poco los cantos chamánicos nos llevan a “Aztlán”, el lugar sagrado de las tribus de América, el lugar de las garzas blancas. Nos recuerda el origen, la conexión con Dios. Luego nos habla del “Intento”, porque no hay imposible para el que busca. Es una de las mayores promesas divinas: busca y encontrarás, toca y se te abrirá, habla y serás escuchado.
Termina la colección de cantos con “Siempre prendidos y animosos”, una pieza que nos recuerda la vivacidad del fuego, nos recuerda que debemos mantener una energía elevada en el amor, en el trabajo, en la ilusión y la fantasía. “Porque la vida es una eterna fantasía, cada quien es creador de su propia vida, lo bueno y lo malo lo creamos nosotros mismos. Si nosotros cambiamos, cambia nuestra realidad”.
La presentación de este disco se hizo el 1 de mayo en el Foro Yoloxóchitl de San Luis Acatlán, como un evento organizado por la Casa de la Cultura Independiente Amaxóchitl, la cual también presentó una exposición de piezas del museo comunitaria, una exposición fotográfica de Rosa María Aldana, y pinturas de alumnos del profesor Luis Michel Espinoza.
La velada fue amena, pues estuvo amenizada por el grupo musical de Irving Fabián Juárez Calixto, del barrio de Playa Larga, y de Rodrigo Vargas González, músico lírico de la canción romántica, lo mismo que el profesor de música Roque de la Cruz, guitarrista y maestro de música clásica.
Para los jóvenes, fue atractiva la participación de la Escuela de Tae Kwan Do, del profesor Alexis Cipactli.
“El Canto de Nuestros Ancestros” será presentada próximamente en Chilpancingo, Acapulco y en la Ciudad de México.
Suplemento vida y Sociedad, en El Faro de la Costa Chica, 04 de junio de 2010
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