domingo, 9 de enero de 2011
Cultura Popular de la Costa Chica
Cultura Popular de la Costa Chica
Por: Higinio Peláez Ramos
CARTAS
Contestando el análisis de un gran amigo
Mi buen amigo, Doctor José Guadalupe Arizmendi Dorantes; en primer lugar, quiero decirte que este primer taller concurso de chilena se pudo realizar, gracias a la espontánea colaboración de los buenos amigos con que cuento, donde estuvo tu aportación y palabras de aliento.
Por otra parte, gracias de nuevo por la minuciosa observación que haces a nuestros personajes de la guitarra, que me da la oportunidad de darte mi opinión.
Porque en mi calidad de penche (huérfano desde muy pequeño), tuve que acompañar a mi papá, en su recorrido por la Costa Chica reparando armas de fuego; es que, sin proponérmelo, conocí a muchos bajoquintístas (en su mayoría negros), que los domingos se juntaban con él, a darle a la cantada, donde el repertorio se componía de música romántica de la época, corridos en tono menor, palomos y, nuestra siempre chisporroteante chilena.
Vidal, primero en compañía de Alfonso, y después solo, aparte de visitar la ciudad de México, por su oficio de albañil, anduvo entre la costeñada nutriendo su alma del recio e incomparable ímpetu de éstos en la interpretación de nuestros cantares.
Desde mis cuatro años de edad (en Cacahuatepec), cuando Vidal vino, invitado por don Jesús Zaragoza, a construir el primer hotel que se conociera en este pueblo; mi señor padre, le invitó alojamiento en nuestra casa, donde los domingos se dedicaban a tocar y cantar en compañía de los de casa, y visitantes que también saben hacerlo; en los visitantes se podían ver clarinetes, cornetines, sopranos, violines, batería y, cuatro bajos quinto.
De este modo, considero que mi despertar se hace entre la música, donde lo que más me atrae es la chilena. Por todo esto, tengo el alma impregnada del retumbar de los instrumentos creadores de este género: bajo quinto y, guitarra sexta acústica; y por lo mismo, estoy de acuerdo con tus señalamientos.
Para mí, entre todos los enumerados, Vidal es el más limpio en la ejecución, además de tener la facultad de encender los ánimos de sus escuchas.
Con relación a la variante que hay entre uno y otro de los intérpretes que conocemos, creo que a veces se debe al virtuosismo (dominio del diapasón), de cada uno, y al estado de ánimo que se tiene en el momento. Esto lo comprobé en las frecuentes parrandas que juntos disfrutamos con Vidal; a veces, a una misma chilena, le daba un acompañamiento distinto.
Tú como gran observador de nuestra música, creo que te das perfecta cuenta que el artista expresa su sentir a través de su instrumento, o su voz.
Doctor, cómo me gustaría que en uno de nuestros viajes a la ciudad de México, pudiésemos platicar de todas nuestras coincidencias.
Con el mejor de los deseos para el año que comienza, desde la romántica Cacahuatepec, Villa Juárez.
.Higinio Peláez Ramos
Publicado en el Suplemento Vida y Sociedad, en El Faro de la Costa Chica, 07 de enero de 2011
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