Isaías, el más gran virtuoso violinista de Tierra Caliente

Escrito por Daniel Guatemala Pineda

TLAPEHUALA, GRO. La tradición musical de los Salmerón tiene su inicio en 1815, con don Román Salmerón, pues para ese año se tiene un amplio conocimiento sobre las melodías que él interpretaba con su grupo, esencialmente aquellas melodías que encuadraban en los géneros musicales de esa época llamadas bolas, malagueñas, indias, jarabes y ensaladas. Incorporó asimismo los nuevos géneros que empezaban a estar de moda: los sones y gustos.

Años más adelante, el seguimiento que tiene esta familia está representado por los descendientes de don Román: los violinistas Hermenegildo, Zacarías y Nicolás, y los guitarristas Santana y Carlos.

La siguiente generación la representan los violinistas Lidio, Lamberto y Primitivo, y los guitarristas Jesús y Alberto, pero quien viene a consolidar la fama de esta estirpe es sin duda alguna José Isaías Salmerón Pastenes, admirable músico, compositor, poeta, virtuoso del violín, del violonchelo y sublime improvisador de versos. Con sólo 51 años de edad deja un repertorio amplio y variado.

Isaías Salmerón está considerado como un gran compositor de la Tierra Caliente del estado de Guerrero.

El repertorio de este gran músico está representado por 57 gustos, 16 valses, 10 marchas, 19 pasodobles, 2 foxtrots, 4 danzones, 4 corridas, 22 sones y 2 oberturas.
Nació en Tlapehuala el 5 de julio de 1891 y falleció el 2 de febrero de 1942. Sus padres fueron Nicolás Salmerón Torres y Feliciana Pastenes Peralta.

Uno de los pilares de la música tradicional


“Él tocaba gustos y sones junto con sus hermanos, de ahí se desprende que no fue Isaías el iniciador de gustos y sones sino que ya tocaban sus hermanos, lógicamente”, dice a Despertar del Sur el cronista oficial del Tlapehuala, Andrés Jaimes Sánchez.

José Isaías Salmerón se incorporó al grupo que conformaron sus hermanos tocando la tamborita, y poco tiempo después la guitarra sexta, y más tarde absorbió las clases de violín que recibió de su hermano Lidio, otro excelente violinista y compositor.
“En esos tiempos los grupos hacían una especie de competencia, que empezaban tocando con unos tonos muy difíciles, para que los otros grupos que estaban ahí también lo intentaran y el que no daba el tono se iba retirando y así nada más quedaban los mejores”, mencionó el también pintor Andrés Jaimes.

El violinista se hizo presente ocasionalmente en Tlapehuala, pero el espíritu de aventura se lo volvía a llevar a otros poblados enseñando sus composiciones y formando nuevos grupos.
Para arraigar sus composiciones, radicó temporalmente en un promedio de 4 años en cada una de las siguientes poblaciones: Zirándaro de los Chávez, Amatepec, San Juan Huetamo, Tiquicheo, Tacámbaro, Cutzamala de Pinzón, Coyuca de Catalán y por poco tiempo en San Miguel Totolapan.

“Tal parece que lo que compuso Isaías al ir tocando por varios meses o años en cada una de las regiones de Tierra Caliente, pues fue sembrando su nombre, su música y su estilo, pero también es lógico que al hacer esos recorridos haya captado algunas piezas bonitas y que él las haya tocado a su manera”, manifestó Andrés Jaimes.

Agregó: “debemos de sentirnos orgullosos de la fecundidad de su obra, el haber creado un sistema escrito de música, por que no sabía él la nota como se conoce ahora, si no dicen, que él a su manera escribía la música. Ese también es otro de sus talentos”, mencionó.
“Ha sido uno de los pilares de la música tradicional, podríamos decir de México, aunque nada más es música regional pero en México”.

“Él fue uno de los mejores pero no hay que olvidarnos de los demás compositores, ciertamente ya no sabemos los nombres, se perdieron en el anonimato pero hay que reconocer que sí los hubo”, dijo.


Su amistad con Lázaro Cárdenas y otros mitos


Según se cuenta que en San Juan Huetamo conoció e hizo gran amistad con Lázaro Cárdenas del Río., y que cuando el general fue candidato para competir por la gubernatura del estado de Michoacán, invitó a José Isaías para que se incorporara en el recorrido que hizo en la Tierra Caliente michoacana, para alegrar a la gente en las casas de campaña.
Cuando Lázaro Cárdenas fue gobernador, José Isaías y su grupo fue invitado para hacer algunas presentaciones en la Ciudad de Morelia.

También se cuenta que Lázaro Cárdenas del Río lo invitó a su toma de posesión como presidente de la República, en 1934, y llevó a la Ciudad de México, para una presentación de música regional en el Palacio de Bellas Artes.

Sobre esto, Jaimes Sánchez manifestó: “yo creo que a veces uno también exagera, amistad sí; corre por ahí la versión de que le dieron un cheque en blanco, que tocó en Bellas Artes pero no hay un sustento que te diga ‘mira, en tal fecha fue a tocar a Bellas Artes’.
“Con Zacarías Salmerón hemos ido alguna vez a tocar al Centro Nacional de la Artes (Cenart), pero una cosa es ir a tocar al Centro Nacional de las Artes y otra cosa es ir a tocar al Palacio de Bellas Artes. Son cosas que no podemos sustentar con una foto, con un documento.
“Por su fama llega a formarse un mito, y de por sí, antes la gente era muy fantasiosa, decían que él hacía que su violín tocara solito.

“No tiene discusión de que su música es admirada y creo que eso vale más, por que se le reconoce su forma de componer, su inspiración; su música ha sido tocada por los mejores violinistas de ese género, lo demás sale sobrando, lo que importa es lo que se ve y sí se puede demostrar”, dijo.


El legado


El también ex director de la Casa de la Cultura de Tlapehuala, Andrés Jaimes Sánchez, señaló: “actualmente la gente como que nada más piensa que Juan Bartolo e Isaías Salmerón fueron los únicos compositores, siempre hay un pleito un poquito estéril de que quién fue el mejor.
“El legado que dejó en la actualidad es un legado grande, no tiene discusión, todo lo demás a lo mejor son adornitos. O a lo mejor sí fue cierto”, manifestó.

Del violinista Zacarías Salmerón Daza, sobrino de Isaías aunque este lo presentaba como su hijo durante sus tocadas, Jaimes Sánchez sentenció: “con Zacarías Salmerón se termina toda una camada de los verdaderos pioneros de la música tradicional”.

Actualmente la música de Isaías Salmerón es interpretada por un buen número de grupos de música de la Tierra Caliente, de los que destaca el de sus descendientes: grupo Los Salmerón, que se ha presentado en diferentes foros nacionales así como en eventos de corte Internacional.

De la mano de Rigoberto Salmerón García, este grupo es un digno representante del folclore guerrerense, y así hace honor a la gran estirpe a la que pertenecen, y a la que dio origen Isaías Salmerón Pastenes.

Andrés Jaimes destacó: “gracias a él brillaron sus alumnos, además de ser un maestro también tuvo grandes alumnos, uno de ellos Juan Reynoso, de hecho, los más representativos fueron sus alumnos”.

Isaías Salmerón fue maestro de Filiberto Salmerón Apolinar, Bardomiano Flores Frías, Zacarías Salmerón Daza y de Juan Reynoso Portillo, quienes se convirtieron en extraordinarios violinistas y talentosos intérpretes, y así creó sin proponérselo, una escuela de grandes violinistas.