Bailes y fandangos en la Costa Chica de ayer

Cultura Popular de la Costa Chica

Por: Higinio Peláez Ramos

Bailes y fandangos en la Costa Chica de ayer

Ya que la orquesta o banda en los fandangos y bailes no acostumbra tener al director en frente, aún sabiendo solfeo; estos se desarrollan de la siguiente manera: el percusionista da un golpe al platillo, avisando a sus compañeros músicos que la pieza se inicia, sirviendo el mismo sonido para que los bailadores salgan corriendo en busca de la pareja de su agrado.

Si la pieza a bailar es común y corriente, pasodoble, mambo, danzón, etcétera, las parejas se dirigen a la pista poniéndose en acción como se hace en todas partes; pero si se trata de una chilena, al sonar el platillo, los varones (que no acostumbran estar sentados), corren en busca de su pareja, llevándola al centro de la pista; y como se coloca ésta, así lo hacen las demás, formando dos columnas a lo largo de la ramada, patio o salón, quedando los varones a un lado y las mujeres al lado opuesto, formados frente a frente. Y así, como si todo estuviera ensayado, al iniciarse el movimiento del baile, todos lo hacen en el mismo instante, viéndose todo muy uniforme.

Desde luego que les estoy hablando del modo de baile de pueblos como Pinotepa nacional, Lo de Soto, Cuajinicuilapa, Huajintepec y Ometepec, donde como músico tuve la oportunidad de presenciar dichos bailes. Después supe de que en otros pueblos estos tiene sus variantes; pero, eso sí, casi en toda la Costa Chica, al terminarse la chilena, el público pide a los músicos que toquen el son, al mismo tiempo que invitan a la pareja distinguida para esto, que salga a la pista para el deleite de la concurrencia, pues dicho baile, cuando es bien ejecutado, resulta un verdadero espectáculo, porque igual que la chilena, tiene todo para que el buen bailador se luzca.

Claro que aparte de los ritmos ya citados, hay otros que son como juegos en el desarrollo de las fiestas, tales como El Arriero, La Vaca, El Palomo y el Panadero, siendo este último como el baile que finaliza la fiesta, pues una persona, mujer u hombre, llevando un sobrero en la mano al son del citado Panadero, busca a quien colocarle el sombreo para hacerlo su compañero en dicho baile; y como muchos de los invitados no están de acuerdo en salir a bailar, casi obligados, aprovechan el momento para irse retirando, ya que la fiesta está llegando a su fin.

Pero a pesar del aparente fastidio de los invitados a bailarlo, éste resulta muy divertido: la persona que inicia el juego, lleva a su invitado a la pista, donde con grandes rondines (al ritmo de la música), comienzan a bailar, pero nunca siguiéndose, sino teniendo siempre un eje imaginario, donde giran como las manecillas de un reloj. Luego en la parte movida de la melodía, la pareja zapatea enérgicamente, quedando el sombrero en poder del invitado, retirándose el que inició dicho juego; y así, el invitado buscará a su pareja del mismo modo que él fue invitado; mas el sombrero nunca es tirado al piso como hoy lo hacen para bailarle alrededor, como si fuera jarabe tapatío; esto es invención de algún maestro de baile que todo lo ven como espectáculo, sin cuidar la originalidad de nuestros bailes.
En los bailes de Costa chica, aunque algunas piezas tuvieran letra, todo se tocaba instrumental, ya que al no contar con el equipo para amplificar la voz humana, entre el sonido de los instrumentos ésta no se oía.

De grupos chileneros que han aparecido en Costa Chica de 1975 para acá, y que lo hacen con propiedad, puedo citar los siguientes: Los Magallones, Julián, Nacho, Toño, etcétera; Banda Pinotepa de Ramón Mejía; Tropical Oaxaca; Banda Azoyú de Chicho Estrada; Banda Guadalupe de Salomón Ortiz; Grupo El Sax de Fidelio; Los Multisónicos y Banda Costa Chica de Higinio Peláez (quien esto escribe).
Los grupos que aquí cito, sólo son los que nacieron por la euforia que despertó la aparición del disco Fandango Costeño, pues en nuestra costa ya había y siguen habiendo muy buenos músicos que interpretan lo nuestro con propiedad y alegría.

Suplemento Vida y Sociedad, en El Faro de la Costa Chica, 09 de julio de 2010