AD LIBITUM
Por: Por Baltazar Jiménez Rosales
Inconformidades en el IGC
Una gran inconformidad hay entre los trabajadores del Instituto Guerrerense de la Cultura (IGC) por la pretensión —dicen que todavía está en ese nivel— de la directora general del organismo, Alejandra Frausto, de ratificar en sus cargos cuando menos a tres funcionarios de la anterior administración cuando durante los seis últimos años se caracterizaron por tratar con la punta del pie a los empleados.
Obviamente que los trabajadores del IGC pidieron permanecer en el anonimato pues temen que en caso de que estos funcionarios sean ratificados tomen represalias en su contra y como ya los conocen, pues peor tantito.
Entre los funcionarios que buscan la ratificación en sus cargos se encuentran Juan Martínez Lázaro, director administrativo; Leopoldina Cuenca Mancilla, que fungió como secretaria particular de la anterior directora del IGC, Nora Elisa Méndez González, y Angélica Gutiérrez y Salgado, directora de Enseñanza.
Los trabajadores inconformes señalaron que no es posible que estas personas sean ratificadas en sus cargos pues durante los seis años de la administración zeferinista los trataron con la punta del pie, los hostigaron y reprimieron peor que tiranos.
Debo reconocer que no conozco de manera directa el caso de las dos damas en contra de las cuales se inconforman los trabajadores del IGC, aunque su molestia es verídica y, por lo tanto les creo sin más ni más.
Sin embargo, al que si lamento conocer es a Juan Martínez Lázaro, un tipo por demás nefasto que no tiene ni el menor gesto de humanidad aunque su despotismo y prepotencia son inmensos.
Al respecto, nada más cabe citar el caso de algunos maestros de la Escuela Estatal de Música José A. Ocampo, cuyos nombres no cito porque no tengo su autorización, pero la verdad es que por culpa de este individuo uno de ellos tuvo que renunciar, al otro le fue suspendido su pago por más de un año y uno más pelea desde el año pasado porque le liberen su sueldo.
Esta es sólo una muestra de la baja calidad moral de este tipo, aunque hay más, pues no se me olvida tampoco el mal trato que le dio al siempre recordado Maestro Angel Bringas García (qepd) y muchos otros casos más.
Obviamente que Alejandra Frausto, actual directora general del IGC, no conoce a estas personas y, por lo tanto, desconoce los agravios que durante seis años cometieron en contra de los trabajadores de este organismo, pero por lo mismo, antes de tomar una decisión debería de escuchar a los empleados.
Y no conoce la verdadera personalidad de cada uno de ellos, porque desde que asumió el cargo, le han mostrado la cara amable pues incluso cambiaron su trato para con los trabajadores, pues “ahora andan bien seditas” y cómo no pues buscan ser ratificados en sus cargos.
Esperamos que la directora general del IGC tome una determinación que no venga a lastimar aún más a los trabajadores, pues como señalo líneas arriba, algunos de ellos todavía sufren por sus atropellos.
En Clave de Fa
Estoy sorprendido, patidifuso, anonadado —eso me suena como a baño de asiento— por lo que desde el primero de abril pasado ven mis ojazos tapatíos y escuchan mis orejotas, que por algo las tengo grandes.
Negra con puntillo
Con sus más recientes declaraciones, el auditor general del Estado, Arturo Latabán López, no hizo más que confirmar que su patrón sigue siendo el ex gobernador Zeferino Torreblanca Ga-lindo.
Fuente: Diario de Guerrero, 13 de mayo de 2011
viernes, 13 de mayo de 2011
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