sábado, 9 de junio de 2012

Son para Milo, un exitoso proyecto musical autogestivo

Son para Milo, un exitoso proyecto musical autogestivo

La música calentana pronto hizo eco por todos los rincones de los edificios y en los corazones de los miles de asistentes al evento

Roberto Ventura Pérez/Ciudad de México


Tras tres días consecutivos plagados de música tradicional mexicana, que hizo zapatear a cientos de parejas de bailadores, el pasado domingo finalizó el onceavo Encuentro Son para Milo, realizado del primero al tres de junio en la plaza cívica “Benito Juárez” de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros, con un éxito notable, tanto por la concurrencia de público y pareja de bailadores, como por la cantidad y calidad de los grupos que desfilaron en dos escenarios.


Como ya es costumbre, a ese espacio de la urbe llegaron artesanos para vender sus mercancías, comida típica, libros y harta música regional proveniente de diversas regiones del país. Olores, sabores y ritmos que llegaron a los oídos y paladares de los presentes.


Una oleada de grupos guerrerenses se hizo presente en ese majestuoso espacio, que les abre la oportunidad de mostrar sus canciones, sus nuevas creaciones y allegarse de algún dinerito por la venta de sus libros, CD o DVD, que les permita seguir reproduciendo su música.


Sones y gusto de Tierra Caliente, sones tixtlecos y las chilenas de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, se fusionaron con una diversidad de sonidos tradicionales para formar un lienzo colorido con notas y diapasones representativos de nuestro país.


Uno de los primeros ritmos que le correspondió abrir el encuentro fueron los sones, gustos y pasos dobles de Tierra Caliente. La música calentana pronto hizo eco por todos los rincones de los edificios y en los corazones de los miles de asistentes que desfilaron durante el viernes, sábado y domingo.


El Gavilancillo del Violín, de Pedro Paredes; grupo regional Ajuchitlán, de J. Natividad Leandro “El Palillo”; Hermanos Tavira; Grupo Regional Calentano y Los Salmerón, de Rigoberto Salmerón, fueron las cinco agrupaciones de Tierra Caliente, que esparcieron los sonidos de sus liras y canto.
Tlapehuala lucido, el Pañuelo, la Tortolita, la pishacua, Son Isaías Sánchez Nájera, La Malagueña, Muñeca sin alma, Tierra Caliente, Traigo un sufrir en mi alma, La Ayutlaquita, El Zacuaro, entre otras piezas tocadas de forma separada por los artistas calentanos, pararon a bailar una buena cantidad de parejas bailadores que mostraron sus mejores pasos en el entarimado.


De Turicato, Michoacán llegaron también Los Jilguerillos del Huerto y Serafín Ibarra, con más gustos calentanos.


Los sones de tarima llegaron bajo los brazos de grupos como Chintete, de Agustín Barrios; As del Sur; Chintacastli y Yolotecuani, quienes ofrecieron excelentes conciertos de música tixtleca.
De Oaxaca llegó Margarita Chacón; Banda Clásica del mismo nombre que el estado, Baltazar Velasco y Los Chileneros de la Costa, dignos representantes y ejecutantes de las chilenas de la Costa Chica. Este último grupo dejó buen sabor de boca entre el público conocedor, sobre todo por su magistral interpretación de “El Zacuaro”.


Como se mueve la palma / cuando el aire le da recio / así se marchita mi alma / por tu marcado desprecio / no voy a desesperar / pronto bajaras de precio.


Rodrigo Rojas, una de las cabezas visibles del encuentra señala que Son para Milo llegará no solamente donde las autoridades de la Normal lo permitan, sino hasta donde lo aprueben todos aquellos que colaboran y participan “que van desde los músicos, organizadores, artesanos y toda la amplia franja que gusta compartir toda esta riqueza cultural que abarca la música, artesanía y gastronomía”.


En breve plática para PUEBLO, señala que “Son para Milo es un proyecto exitoso meramente autogestivo, un proyecto que aun cuando está radicado en esta institución, realmente esta mas bien apuntalado por la colaboración y entusiasmo de toda la gente que se da cita en este encuentro”.
En tono serio y reflexivo, apunta “nos hemos propuesto hacer una estructura organizativa que pueda atender los aspectos que se dan en este encuentro, inicialmente empezamos trabajando la parte musical y dancística. Lo que detonó el éxito de Son para Milo es que la complementamos con la muestra gastronómica y artesanal; aunado a que nosotros hemos establecido una etapa previa al encuentro que se llama de sensibilización, que tiene como objeto invitar a toda la gente a participar en una jornada de conferencias y talleres para que todos aquellos que tengan el deseo de aprender a bailar algún genero dancístico o alguna región del país lo puedan hacer, que puedan aprender a tocar un instrumento de los que se incluyen en la música tradicional mexicana”.


“Nos hemos acercado a muchos investigadores, promotores y académicos que nos apuntalen la parte académica para poder explicarle a la gente que es la música tradicional, que es la danza y el baile tradicional, que elementos están involucrados dentro de ellas, desde el punto de vista antropológico, etnográficos, entre otros”, señala.


De este modo, Son para Milo sigue siendo uno de los mejores escaparate con alto nivel de resonancia en la música tradicional mexicana, con capacidad para incidir en el desarrollo de las identidades culturales existentes en nuestro país.

Periódico Pueblo Guerrero, 11 de junio de 2012

http://www.pueblo-guerrero.com/seccion_municipios.php

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