jueves, 7 de marzo de 2013

Dar continuidad a proyectos del IGC, prioridad de quien supla a Alejandra Frausto, señalan

 


Aurélie Daly
El anuncio –aún no oficial– de la renuncia de Alejandra Frausto al frente del Instituto Guerrerense de la Cultura (IGC) provocó reacciones en la comunidad cultural del estado.

En entrevista, la actriz Malena Steiner hizo un balance positivo de la gestión de la directora saliente, aunque expresó algunas reservas en cuanto a las acciones realizadas.

“¿Qué puedo opinar? Tiene la libertad de encontrar mejores derroteros, de escalar puestos para mejorar. Un trabajo a nivel nacional, está bien. De alguna manera, Alejandra Frausto, a pesar de que no coincidimos en cuanto a los millones gastados para un concierto o una persona, deja una labor que proyectó a Guerrero a nivel nacional. Lamento el hecho que muchos proyectos no se realizaron. No se creó la compañía estatal de teatro, nunca se implementó la escuela de iniciación artística…”, comentó.

Steiner describió el perfil ideal que se requiere para suceder a Frausto.

“El futuro director o la futura directora tendrá que tener la capacidad de gestión y que por lo menos se mantenga el nivel; pero que haya beneficio más hacia la población.

En general, fue una buena gestión, sobre todo tuvo un operador muy diestro, Manuel Zepeda. El sucesor natural de Alejandra Frausto parecería ser él. Conoce muy bien el estado, puede dar continuidad y poner su sello, haciendo sus propias propuestas, es un hombre muy inteligente”, opinó.
Si se confirma asimismo la renuncia de Manuel Zepeda a sus funciones en el IGC, la actriz citó de manera espontánea al escritor José Dimayuga para hacerse cargo de la gestión del Instituto.

“En primera instancia, diría José Dimayuga porque es culto, es escritor, es preparado y habla cuatro idiomas. Conoce bastante bien cómo se mueven las artes. Es organizado y honesto. Ya ha sido funcionario, conoce la administración cultural y tiene una visión muy amplía del arte y de la cultura, en otros países y en varias disciplinas, danza, teatro, artes visuales. José es un hombre muy capaz, correcto y caballeroso; siempre trata estar consciente de donde está parado”, declaró.

En cuanto a la conversión del IGC en secretaría, Malena Steiner expresó la necesidad de dar seguimiento al proyecto, pero sobre todo de dotarlo de un consejo.

“Se supone que está el proyecto, tiene más de diez años que la comunidad cultural pidió que se convirtiera en secretaría, con sus recursos propios, su patrimonio y sus propuestas. Pero sobre todo, que haya un consejo que esté ahí para representar a las siete regiones del estado, que escuche las necesidades de las diferentes regiones.

El gobernador decidirá, tendrá que estudiar quién es la persona idónea. Ojalá su decisión sea la más aceptada por la comunidad cultural y que haya más difusión del estado a nivel nacional.
Por su parte la representante del grupo teatral Forja Taxqueña, Maricela Quinto Gaytán, lamentó el hecho de tener que volver a empezar de cero.

“No me sorprende mucho la noticia porque siempre es así, en varias instituciones. Hay muchos compromisos y proyectos, en particular el foro que se hizo acerca de la conversión del IGC en secretaría es un compromiso importante. (La renuncia de Alejandra Frausto) no es algo que me guste personalmente, se hizo mucho en formación de cuadros, en salas de lectura. Siempre esperamos que el cambio es para mejor pero no sabemos quién va a llegar. Eso quiere decir reempezar de cero”.
Consideró satisfactorias de manera general las acciones de la gestión de Frausto, pero asimismo, expresó las necesidades de la futura administración del IGC.

“En general se hizo lo que era posible, era una situación de emergencia. Sin embargo, debe haber más consultas en los municipios porque genera cohesión. Se requiere más dinámica para la creación, para los jóvenes creadores en particular y más diálogo. Hay que abrirse desde los municipios, que se realice una canalización de la aspiración cultural de las comunidades; que existan espacios serios y comprometidos que abran a los jóvenes. Urge una revisión de lo que se hace, es una labor de cada día. Necesitamos saber que está pasando a nivel institucional”.

“(Para sucederle) queremos el ideal, que sea alguien que conozca Guerrero y que desarrolle la cultura en nuestro municipio, que haya congruencia y respuesta a la comunidad. (Durante la gestión de Alejandra Frausto) hubo una apertura importante pero antes fueron años difíciles. Sin embargo, hay bemoles, como por ejemplo, el hecho de estar cerca de la comunidad cultural no quiere decir que responda en los hechos; cada uno tiene sus ideas. Se necesita una persona consultiva y respetuosa, que en las decisiones del Congreso de estado haya sensibilidad”, declaró.
Optimista, expresó su fe en la posibilidad de contrarrestar los problemas de Guerrero tras la creación de espacios culturales.

“En Guerrero hay cosas feas, pero que abran espacios y verán que van a pasar cosas maravillosas que valen la pena. Los municipios tienen sus responsabilidades, independientemente del gobierno del estado pero, en el presupuesto de los municipios por ejemplo, se gasta mucho para fuegos artificiales y no en cultura. Se necesita una relación más horizontal entre las entidades de cultura”, concluyó.
Por su parte poeta Antonio Salinas criticó duramente la gestión de Alejandra Frausto y llamó a una administración más sensible al desarrollo de las zonas marginadas.

“Me sorprende porque no estaba enterado ni tenía por ahí la suposición de que iba a renunciar. Me alegra la noticia porque hay suficientes recursos para que se hubiera hecho más, en particular en las colonias populares. Hay necesidades de formación de público y de profesionalización de los creadores. (La directora) casi no estuvo acá en el IGC, más bien aparecía, sobre todo en los periódicos y en la televisión. Aprovechaba algunos eventos a los que destinaba demasiados recursos”, opinó.

A la objeción que sí se hicieron proyectos para las colonias como la Casa Faro Zapata, dijo que El Faro no era “nada olvidado pero comparado con qué. Creemos que hizo mucho porque los demás no habían hecho nada. El Faro funciona porque hay un grupo de jóvenes que echan las ganas, que se la están rifando, pero estructuralmente es igual que antes. El Faro se quedó pendiente, es un trabajo de hormiga, falta más diversidad. Nos dan poco y nos conformamos, pero no hay infraestructura. Es necesario que haya una casa de la cultura digna en las colonias, a esa parte no se les daba la atención suficiente”.

Para sucederle el perfil ideal, según el poeta, sería “alguien que conozca el medio cultural, alguien empático y sensible a la misma comunidad, que abra el diálogo con los creadores y que se acerque a las zonas marginadas. Se ha gastado mucho en eventos de pompa mientras que hay necesidades prioritarias. La formación tal vez no se ve inmediatamente, es algo a largo plazo, pero es muy importante”, declaró.

En cuanto a la conversión del IGC en secretaría –proyectada durante un foro que reunió a los actores de la comunidad cultural del estado en noviembre en Chilpancingo– expresó su desilusión.
“Construir este proyecto cultural estatal fue una de las decisiones del foro cultural que hicimos, pero en el foro nos hacen hablar y luego nada. El proyecto de secretaría ya debería estar para marzo pero requiere de tiempo, no solamente se trata de tener el nombramiento sino de funcionar como tal, con sus propios recursos”, concluyó.

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