viernes, 22 de octubre de 2010

Adios a un gran bohemio...


El pasado día lunes 11 de octubre, falleció en la Ciudad de Acapulco el señor Mateo AguiRre López, un gran bohemio nacido en el bello nido de la Costa Chica de Guerrero, poseedor de un gran carisma y talento. Precisamente hace un año, el Ayuntamiento de Ometepec organizó un programa para ofrecer un merecido reconocimiento a los grandes compositores e intérpretes de la música de esta bella región costeña. Entre los homenajeados se encontraban precisamente los hermanos Mateo y Alfredo Aguirre López, Indalecio Ramírez Rodríguez, Gabriel Ramírez Rodríguez, Juan Morales López, Manuel Sánchez Carmona, Salomón Ortiz López y Aquileo Bracamontes Dávila.

En el año de 1996 o 97, el gobierno del estado realizó una edición especial de un disco que grabaron los hermanos Vargas, de Ometepec, Los Chileneros de la Costa, dueto Blanco y Negro, Pepe Jara y Mateo Aguirre, contando con la participación de Cheto Pérez, un extraordinario requintista; además del requintista de los Yonic,cs. Todas las canciones que contiene este disco son de la inspiración de Álvaro Carrillo, el Vate de la Costa Chica. Don Mateo interpreta “No sé por qué me pongo triste”, “Allá tú” y “Tardes de Ometepec”. Sin duda hoy, la bohemia de nuestra región se encuentra de luto. Don Mateo Aguirre López: Descanse en Paz!

A propósito de bohemios

Investigando en un diccionario de la lengua castellana, encontré que la palabra bohemio, tiene la siguiente definición:

Bohemio: //Gitano//vida apurada o desordenada de algunas personas, como artistas y literatos. Persona que gusta de la vida urbana nocturna, sin apego a las convenciones sociales.

Deduzco entonces, que “La Bohemia” le podemos llamar a una reunión de bohemios o personas que comparten el gusto por el arte, la música y la literatura y, por añadidura, el vino, el café y el cigarro. Sin embargo, el bohemio no es un tomador cualquiera, es un ser sentimental, creativo, pasional a veces, que lo mismo pinta, escribe, interpreta personajes en el cine o interpreta canciones y/o compone música; un individuo que nos conmueve y nos hace sentir placer, alegría, amor, odio, depresión o tristeza, que nos hace reflexionar cuando leemos una obra literaria , cuando admiramos una buena pintura, una buena película y hasta nos dan ganas de tomar una copa cuando escuchamos una pieza musical que nos toca las fibras del corazón, o nos queda a la medida con alguna situación que estamos enfrentando en la vida.

Así en México existieron y existen, grandes artistas que han hecho las delicias de generación tras generación, y que han llenado de recuerdos nuestras mentes y que han marcado por etapas nuestras vidas. Quién no recuerda las películas de Pedro Armendáriz, de Carlos López Moctezuma, Arturo Martínez, María Félix, Dolores del Río, Sara García, Marga López, los hermanos Fernando y Andrés Soler, Pedro Infante, Jorge Negrete y otros. Salvo su mejor opinión estimado lector, actualmente no encuentro un artista de cine que nos conmueva de tal manera como lo hicieran los antes mencionados.

Dentro de la música, recuerdo a un ecuatoriano que en mi niñez yo viví pensando que era mexicano, me refiero a Julio Jaramillo. Díganme quién no se ha estremecido con la calidad interpretativa de este gran bohemio que saboreó las mieles de la gloria, de la fama y que paradójicamente murió sino en la ignominia, en una mala situación económica. Quién no recuerda también a Don Alfredo Jiménez, Agustín Lara, Pedro Vargas, Pepe Guízar, Javier Solís, Pedro Infante, los hermanos Juan y Amalia Mendoza “Los Tariácuri”, “Los Panchos” creadores del requinto, del trío y de toda una época romántica en México y el mundo. Igual José José, Armando Manzanero, Víctor Iturbe “El Pirulí”, el gran cantautor Juan Gabriel, Vicente Fernández, Martín Urieta, Marco Antonio Solís, y un gran valor dentro del bolero romántico, Carlos Cuevas... y muchos más.

En nuestros estados de Guerrero y Oaxaca, contamos con artistas y bohemios que han dado grandes aportes a la música y al arte nacional, estatal y regional, tales como: Álvaro Carrillo, Agustín Ramírez, Tadeo Arredondo, Don Vidal e Indalecio Ramírez, Joan Sebastian, Ethel Diego Méndez (compositor del tema Es mi Regalo), Roberto Belester, los hermanos Arizmendi, , José Manuel Zamacona, Tiburcio Nogueda, Pepe Ramos, y un dueto que hizo época, “Los Románticos del Sur”, así como Mateo y Alfredo Aguirre, Don Cheto Pérez, siendo éste un extraordinario requintista; el dueto “Blanco y Negro”, los hermanos Bautista de Azoyú, Chanta Vielma, Pedro Torres, don Higinio Peláez y su talentosa esposa, y tantos cancioneros más.

Entre los pintores mencionaré a Casiano García Jarquín, de Huehuetán; a mi paisano Lucas Martínez, de Azoyú, a Carlos Guerrero Suástegui. Entre los escritores que entregan el alma en cada obra mencionaré a Rubén Mora Gutiérrez de Cuauhtepec; a Juan García Jiménez, de Ometepec, así como al ingeniero Abel Baños Delgado y Adolfo Gazga Baños, de Oaxaca, además de innumerables bohemios urbanos y populares compositores como Gonzalo Gallardo. Pido disculpas a los que escapan a mi mente.
Concluyo diciendo que no todo el que toma es bohemio, ni todo bohemio necesariamente tiene que tomar; recordemos el caso de Pedro Infante, quien no tomaba alcohol y, sin embargo, qué de emociones transmitía. O el de la señora Amalia Mendoza, quien al interpretar sus canciones, lloraba de emoción. ¡Eso es tener alma de bohemio!, y esa sería su esencia: libar, pero crear, trasmitir, motivar, conmover, y compartir del arte o talento que se posea.

Por ISAÍAS López Abundis

Suplemento Vida y Sociedad, en El Faro de la Costa Chica, 15 de octubre de 2010

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