lunes, 30 de enero de 2012

‘El poeta del violín’, a un año de su partida


Escrito por Jesús Pintor Alegre

Un hombre talentoso, de quien nadie, ni hijos ni nietos, heredaron su música. Previo a su muerte, dijo esperar tocar con los ángeles

Tlapehuala, Gro. Un año de la muerte del maestro del violín y ex líder del grupo “Pókar de Ases”, Zacarías Salmerón Daza. El primer aniversario sin él. Un evento oficial por ese hecho, de parte del ayuntamiento que encabeza Nelson Flores Peñaloza, y un proyecto musical que no acaba. Que no se difumina.

Zacarías Salmerón, con su violín copia de Stradivarius y su “Modelo del Pintor”, se quedan allí, arrumbado en los polvos del olvido… quien arranque notas al instrumento (con el que el maestro quiso ser sepultado, pero nadie se atrevió a hacerlo), no será el consentido del presidente Lázaro Cárdenas del Río.

Quien vuelva a tocar su violín, no será bajo ningún motivo, ese al que ese mismo ex presidente, el que nacionalizó el petróleo, le propuso se dijera michoacano, algo que el de Tlapehuala se negó, a pesar de los regalos que le prometió le serían entregados… no claro, no será Zacarías.
El primer aniversario de un hombre talentoso, de quien nadie, ni hijos ni nietos, heredaron su música, en ese extraño cuadro que explicó su amigo Andrés Jaimes, guitarrista y pintor, es de soledad y olvido. Un cuadro angustiante, pues el maestro de hecho vivió solo con su soledad, en sus últimos años.

Es un fenómeno que se da en todos los grandes hombres, coincidió el presidente municipal de Pungarabato, Gustavo Juanchi Quiñones, también presente en el aniversario luctuoso, “terminan en la soledad, olvidados por todos, esos hombres de gran talento como Zacarías Salmerón, que parece que nadie o pocos atienden”.

Su último día
…Un día previo a su muerte, el maestro recibió a las visitas con un “sí cómo no”, esa tarabilla muy suya, que resonó como eco cuando alguien le invitó un poco de jugo, y luego se le puso la grabación de su última creación, música que repiqueteó en sus oídos, pues aún con los ojos cerrados, moribundo, distinguió como suya.

Intentó levantarse esa tarde 27 de enero de 2011, pero las fuerzas le faltaron. Su Z y su S tatuadas en la mano derecha, se movilizaron con el fluido sanguíneo que llenó sus venas, y ya no hizo nada más. Abrió su boca y lanzó una oración casi inaudible, en medio de quejidos muy leves también.
Por allá un hombre ya entrado en años, que a pesar de decir que admiraba a Zacarías Salmerón, aprovechó para decir que mentía en eso de que conoció al presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, que también no era verdad que había tocado en Los Pinos… casi dijo que Zacarías Salmerón era un mentiroso... en un acto que más bien parecía envidia.

Un hombre, muy cercano al ex alcalde Aurelio Santamaría, que en parte parecía disfrutar de la agonía del músico, hablar en un acto protagónico e intento de echar por tierra el talento del gran Zacarías Salmerón… alguien pidió no prestarle atención, por respeto al violinista que entre su dolor, con toda seguridad escuchaba.

La muerte para el maestro llegó muy de mañana. En esa elipsis provocada por el desconcierto que causó un anuncio que ya se anticipaba, pero que pocos deseaban, entre ellos, tal vez su hija Zoila Salmerón, mujer también ya entrada en años.


El primer aniversario

Una semana antes del primer aniversario, el promotor cultural, Mario Ruiz Santamaría, le hizo un homenaje por radio en el programa “El Morral Calentano”, e invitó a varios personajes para recordar al maestro, allí, en la cabina de RTG Coyuca de Catalán.

Y las inquietudes fluyeron: comprar para el museo las piezas que dejara el maestro del violín, como su copia de Stradivarius fundamentalmente, y el miedo fluido por las posturas familiares, que al no saber de música, sobrevaluaran los instrumentos, y en un momento determinado, hasta se pudieran decir robados.

Un cuadro, por cierto, que llenó de tristeza al maestro, recordó Andrés Jaimes, pues nadie de sus familiares se sintió atraído por la música, nadie heredó el talento del hombre que traspasó fronteras por su música, y que se dijo siempre “músico de escuela”, pues estudió en Bellas Artes.
Un hombre, se dijo allí mismo, que tuvo que soportar la fama de Ángel Tavira Maldonado, un hombre al que le enseñó su arte, y lo asimiló de oídas, y lo ejecutó con maestría, al grado de triunfar en el festival de Cannes como el mejor actor por la película “El Violín”.
Alguna vez Zacarías le dijo “segundón” al oriundo de la comunidad ajuchitlense de Corral Falso, pues era heredero fiel de la música de otro grande: Isaías Salmerón, su tío padre.


Hombre y músico

Salmerón Daza falleció a los 92 años. Un hombre que recibió varios homenajes en vida, reconocimientos y entrevistas a nivel regional, estatal y nacional. Se casó dos veces, de su primer matrimonio tuvo ocho hijos, y uno más de su segundo matrimonio con Consuelo Segura Beltrán, fallecida años antes que el maestro.

Sí claro, y la convivencia que tuvo con niños y plantilla docente en la escuela “Lázaro Cárdenas”, una plaza regalada por el ex primer magistrado de la nación, y que en lo reciente fue jubilado.
Las voces se elevan en volutas, el periodista radicado en el Distrito Federal, Roberto Ventura Pérez, le escribió “El Balsas te está cantando, Zacarías Salmerón”, y recordó el trabajo y parte de su biografía.

“Zacarías Salmerón nace un 6 de septiembre de 1918, bajo los arrullos musicales del siglo pasado, en plena efervescencia revolucionaria. Hijo de Lamberto Salmerón Pastenes, y Juanita Daza Varona, el primero de ellos un filarmónico, de quien heredó el talento y el amor a su Tierra Caliente”.

Un músico que ha cantado para diversos gobernadores guerrerenses, entre ellos: Adrián Castrejón, Raúl Caballero Aburto, Rubén Figueroa Figueroa, Alejandro Cervantes Delgado, René Juárez Cisneros, “y mantener un vínculo con Zeferino Torreblanca Galindo”. Además, tocó sones calentanos para el general Lázaro Cárdenas del Río y Adolfo López Mateos, en la Residencia Oficial de Los Pinos.

Para 1925, contando con siete años de edad, “el maestro Zacarías es adoptado musicalmente por su tío J. Isaías Salmerón Pastenes, quien por esos años contaba ya con 34 años y cuyo prestigio como excelso músico, compositor y virtuoso violinista, ya estaba consolidado”.
La grandeza de Zacarías estaba ya delineada. Previo a su muerte, en entrevistas concedidas a la prensa, además de desear ser enterrado con su violín, dijo esperar tocar con los ángeles, pues la música que ejecutaba era de Dios, y no del diablo.

Despertar del Sur, 30 de enero de 2012

http://www.despertardelsur.com/ds/index.php?option=com_content&view=article&id=31021:el-poeta-del-violin-a-un-ano-de-su-partida&catid=19:especiales&Itemid=24

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